La palabra proteína proviene de una palabra griega que significa "el
primero", "de primera importancia". Son moléculas muy abundantes en los
organismos vivos, constituyendo aproximadamente el 50% del peso seco de
las células.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) afirma en sus estudios que
el mundo desarrollado consume más del doble de los requerimientos
diarios necesarios en proteínas. Mientras, el Tercer Mundo sufre una
carencia alarmante de proteínas. Por otro lado, incluso la OMS
recomienda una proporción de sólo el 25% de proteína animal y un 75% de
proteína vegetal en nuestra dieta.
Con frecuencia, las personas que practican una dieta vegetariana son
bombardeadas con la misma pregunta: "Al no comer carne, ¿cómo facilitas
al organismo las proteínas que éste necesita?". La respuesta es muy
sencilla, puesto que existe una gama muy amplia de alimentos que aportan
las sustancias necesarias.
Ventajas vegetales
Los alimentos de origen vegetal contienen sustancias protectoras
como fibra, antioxidantes y fitoquímicos, claramente relacionadas con la
salud, y la calidad de vida. Además, no tienen colesterol y su
contenido en grasas saturadas es, en general, muy bajo.
Al digerir carne lo que ocurre es que se eliminan todos los procesos
intermedios que atraviesan las sustancias químicas naturales para
transmutarse en proteínas.